Los ingeniero, Arquitectos y constructores no solo crean
estructuras para que las personas vivan mas cómodas, también existen
estructuras que salvan vidas. A continuación le mostraremos una obra de ingeniería
que ha mantenido a salvo a una ciudad durante décadas.
Las inundaciones llevan representando una amenaza
para Londres desde hace siglos. La lenta pero continua subida del nivel del mar
se ha cobrado muchas vidas en todo este tiempo, aunque por ahora la ciudad
puede estar relativamente tranquila en este sentido, pues un gigantesco
guardián de acero vela día y noche por mantenerla a flote: la Barrera del
Támesis.
La Barrera del Támesis (The Thames Barrier) se
halla en la zona este de la capital, en Woolwich, y su atractivo turístico,
aunque no es demasiado elevado, reside en que es la segunda más grande después
de la barrera Oosterscheldekering en los Países Bajos. Tampoco podemos pasar
por alto su importancia a la hora de comprender el funcionamiento del río
Támesis.
Sipnosis
La Barrera del Támesis es uno de los sistemas contra
inundación fluvial más ambicioso que se ha realizado hasta ahora en el mundo.
Está formada por una serie de compuertas móviles soportadas entre pilares de
hormigón, que descansan sobre el lecho del río y permiten el paso del tráfico
fluvial. Dispone de: cuatro compuertas de 61 m de luz cada una; dos compuertas
con una luz de 31,5 m, y otras cuatro, de menores dimensiones, situadas en los
extremos donde el agua es de escasa profundidad y no existe tráfico comercial
La necesidad de la construcción de esta Barrera viene determinada porque
Londres se hunde gradualmente en su suelo de arcilla, por lo cual el nivel del
agua en el Puente de Londres se ha elevado unos 61 cm en el curso de los
últimos 100 años.
Cuando los expertos tratan del tema de la inundación del
Támesis no sólo la consideran posible sino que hablan de ella como una certeza.
Esa convicción se basa en tres factores: dos permanentes y un tercero
ocasional. El primer factor es consecuencia de que Londres se apoya en
cimentaciones de arcillas. El segundo se debe a que el conjunto de Gran Bretaña
se inclina en la dirección sudeste a una velocidad de cerca de 60 centímetros
cada 100 años. El tercer factor se basa en la marea, ayudada por vientos
fuertes del norte y lluvia pesada, que puede avanzar aguas arriba del Támesis.
Esta marea se produce cuando una baja presión en el atlántico eleva el nivel
del agua, que atraviesa el Norte de Escocia y puede alcanzar la zona poco
profunda del Mar del Norte y entrar en el cuello de botella que forman el
sudeste de Inglaterra, Bélgica y Holanda. La inundación producida, si no
existiese la barrera del Támesis, alcanzaría alrededor de 116 km^ en el Londres
Central, con una población de un millón de personas.
Las más recientes amenazas del Támesis fueron, en 1978,
cuando en dos ocasiones un punto del río inundó 25 cm sus orillas. El método
más normal para evitar las inundaciones de un río es elevar y asegurar sus
muros y terraplenes, por lo que este método fue el empleado en el Támesis hasta
el año 1971. Sin embargo, esta solución se vio que no era válida debido a que
se comprobó que, como consecuencia del incremento de la altura de los muros, se
empezaba a perder la vista del Támesis y de la famosa alameda que se extiende a
lo largo de sus orillas, desde la que miles de turistas exploran Londres. A
consecuencia de esto, en 1972, el Parlamento aprobó la construcción de una
barrera para unir North Woolwich en la orilla sur del Tá- mesis con Silvertown
en la orilla Norte. La solución de barrera fue largamente discutida en el siglo
XVIII. En todos los proyectos de este siglo se* incluía como solución la
construcción de una presa permanente con esclusas de embarque, compuertas
gigantes de acero guiadas desde la orilla mediante ruedas de caucho y una especie
de rastrillo grande con una compuerta abatible.
Reseña del proyecto y funcionamiento
Esta solución anterior no fue aprobada debido a sus
consecuencias en el medio entorno. El proyecto finalmente escogido consiste en
la construcción de diez compuertas de acero colocadas entre nueve diques de
hormigón y las orillas del río. La maquinaria hidráulica necesaria para mover
estas compuertas se sitúa en la parte superior de los diques. Seis de las
compuertas se han proyectado huecas, tipo sector, y sección D. Funcionarán en
sentido ascendente y cuando no estén en uso quedarán curvadas con su sección D
hacia abajo sobre el lecho del río. En esta posición se apoyarán sobre unas
vigas de hormigón pretensado. Estas compuertas se podrán, en una sola
operación, levantar y girar 90 grados.
Las otras cuatro compuertas del tipo radial, descendente.
Irán suspendidas entre los diques y al igual que las compuertas-sector podrán
girar 90° para situarse en la posición correcta. Por estas compuertas no pasará
tráfico comercial. Es de destacar que se han empleado técnicas muy avanzadas de
medición para la construcción de las Barreras del Támesis. Estas técnicas
comprenden la utilización del Tellsometer MAI00, equipo electro-óptico de
medición que proporciona una exactitud de Ji_ 0,5 mm. Para cerrar todo el sistema
de barrera se tardará entre media y una hora, consiguiéndose un muro de 560 m
de longitud de resistencia contra la marea. Las cuatro compuertas-sector
mayores tienen una luz de 61 m, situadas a 20 m de altura, pesan cerca de 3.300
t con contrapesos y son capaces de resistir un peso de más de 9.000 toneladas.
Las compuertas-sector menores y las compuertas radiales tendrán una luz de 31,5
m y pesan 900 y 200 t, respectivamente. Los cinco diques mayores tienen 50 m de
altura desde el lecho. Estarán situados sobre bases de hormigón realizadas cada
una de ellas con un bombeo continuo de hormigón durante 4 días.
Las bóvedas protectoras de la maquinaria serán de madera de
iroko y madera roja, recubiertas de acero inoxidable.
Solución para la libre Navegación
El espacio de 61 m existente entre cada uno de los diques
mayores es adecuado para que pasen los barcos, con lo que no se impide el
importante flujo de tráfico existente en el Támesis. Aunque la alarma de la
inundación sólo obligará en los años 1980, a cerrar la barrera dos veces al
año, sin embargo, en el siglo XXI el número será de unas 10 veces al año.
La naturaleza es impredecible, indetenible solo nos queda
vivir en armonía y equilibrio con ella, como ingenieros y constructores debemos
buscar la solución a los problemas que se nos presentan en el día a día,
tomando en cuenta que no debemos alterar el curso de la naturaleza por que
tarde o temprano la naturaleza reclama
lo que es suyo, construir cuidando nuestros suelos, sin duda alguna la ingeniería
cada día es mas sorprendente la ingeniería es maravillosa.
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